Los insumos para el ritual son los siguientes:
- Plato redondo 4 vasos de agua.
- Candado abierto con su llave, abierto.
- Velón azul claro en recipiente de vidrio.
- Aceite a su gusto.
- 4 hojas de laurel
- Ramas de albahaca.
- Nombre persona, copia del proceso o número
Procedimiento:
** En lo posible realizarlo al aire libre, patio, balcón o al menos el primer día.
Se coloca en la base del plato la foto o una copia del proceso o el nombre en un papel y en que cárcel esta.
Se lava la vela azul cielo con agua y se seca con toalla limpia o toalla desechable de cocina, se unta de aceite de su preferencia, en especial la parte superior. Se piensa y se menciona la persona, la intención de este ritual.
En el plato se coloca el candado abierto con la llave puesta. Se pone las 4 hojas de laurel y ramitas de albahaca.
Se llena los 4 vasos con agua, para ubicarla en los 4 puntos cardinales de la tierra (Norte, sur, oriente, occidente), fuera del plato. El agua se cambia todos los días. A cada vaso de agua se mira y se le reza una de estas cuatro oraciones.
ofrecer un diezmo a los más necesitados en el total anonimato.
Oración a San Pedro - Norte
¡Oh venerado Apóstol San Pedro! Príncipe de los discípulos del redentor, y el primero en proclamar a Jesús Hijo de Dios y Mesías, escucha y atiende todas mis súplicas. San Pedro Glorioso, tú que fuiste llamado por el Salvador “Pescador de Hombres” y recibiste el título de Piedra fundamental de la iglesia.
Tú que eres el custodio de las llaves de las puertas del cielo, y que siempre ayudas a los que en la tierra lo solicitan, te pido que con tu sombra me cubras y ampares; líbrame y libera a (Nombres y apellidos) San Pedro Bendito del mal que nos me acecha.
Protégeme de enfermedades y males, aléjame de hechizos, brujerías y encantamientos, de malos ojos, falsedad, egoísmo y rencor.
Libérame y libera a (nombres y apellidos) de barreras, cadenas y prisiones, abre con tus llaves maestras que todo lo puede para liberarme, despeja mis caminos de traidor y malhechor, ahuyenta con tu sombra todo dolor, ocúltame de todo peligro, enemigo y mala situación; sé mi ayuda y defensa, te pido con fervor, y préstame hoy te ruego tu especial favor.
¡Oh Pedro querido! Santo Apóstol del Señor, no me dejes sin respuesta, por tu benevolencia y virtud atiende prontamente mi solicitud; tú que eres hermano, amigo y protector de quien tu socorro reclama, auxilia con tu sombra al que tenga necesidad, y vela y cuida de todos nosotros con tu santa caridad. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro salir, que vive y reina en la unidad del Padre y del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
Oración a la virgen de las Mercedes obatala - Oriente
Ruego mis plegarias sean escuchadas a ti madre virgen de la merced obatala, Inmaculada, tú que todo lo puedes, protectora de los presos, de las causas perdidas. Madre amorosa y benevolente madre de todos nosotros, luz divina que enciende el mar y los cielos, hoy te rezo a ti esta oración con fe de que me escucharas:
“Tú que con tu bendición divina proteges las vidas de los desamparados, siempre nos has brindado el soporte necesario para los que nos arrepentimos de nuestras culpas. por medio de tu palabra, pido con humildad y arrepentimiento en el corazón dulce maría, dales fuerzas y salvación a tus hijos que más te necesitamos.
Que por medio de tu intersección divina obres por la pronta toma de consciencia de (nombre de la persona condenada). para que pueda seguir los caminos de las sagradas palabras que nos enseñas, pido le quites su desasosiego y angustia, haz que tu presencia divina le acompañe en estos momentos difíciles por los que atraviesa.
Salmos, 71 - Sur
1.En ti, Señor, confío, que no me decepcione.
2.En tu justicia tú querrás defenderme, inclina a mí tu oído y sálvame.
3.Sé para mí una roca de refugio, una ciudad fortificada en que me salve, pues tú eres mi roca, mi fortaleza.
4.Líbrame, oh Dios, de la mano del impío, de las garras del malvado y del violento,
5.pues tú eres, Señor, mi esperanza, y en ti he confiado desde mi juventud.
6.En ti me apoyé desde mis primeros pasos, tú me atrajiste desde el seno de mi madre, y para ti va siempre mi alabanza.
7.Pero ahora para muchos soy un escándalo, y sólo me quedas tú, mi amparo seguro.
8.Llena de tu alabanza está mi boca, de tu esplendor, el día entero.
9.No me despidas ahora que soy viejo, no te alejes cuando mis fuerzas me abandonan.
10.Pues mis enemigos hablan contra mí y los que esperan mi muerte hacen sus planes.
11.Dicen: "Dios lo ha abandonado; persíganlo y agárrenlo, nadie lo ayudará".
12.Oh Dios, no te alejes de mí, Dios mío, ven pronto a socorrerme.
13.Que queden humillados, cubiertos de vergüenza, los que me ponen asechanzas. Que el insulto y la infamia los envuelvan a los que quieren mi desgracia.
14.Yo entonces, siempre en ti esperaré, y te alabaré como no se ha hecho nunca.
15.Mi boca contará tus obras justas y tu salvación a lo largo del día, pues son más de lo que podría decir.
16.Ahondaré las hazañas del Señor, recordaré tu justicia que es sólo tuya.
17.Oh Dios, me has enseñado desde joven, y hasta ahora anuncié tus maravillas;
18.si ahora estoy viejo y decrépito, oh Dios, no me abandones. A esta generación anunciaré tu poder, y a los que vengan después, tu valentía
19.y tu justicia, oh Dios, que llega al cielo. Pues, ¿quién como tú, oh Dios, que has hecho grandes cosas?
20.Tú que me hiciste pasar tantas penas y miserias, volverás para hacerme revivir, y me harás subir de nuevo del abismo.
21.Volverás a ponerme de pie y tendré de nuevo tu consuelo.
22.Entonces te daré gracias al son del arpa por tu fidelidad, oh Dios. Con la cítara te entonaré salmos, oh Santo de Israel.
23.Te aclamarán mis labios y mi alma que tú redimiste.
24.Tarareará mi lengua todo el día: "Es cierto que él es justo, pues están confundidos y humillados los que querían mi desgracia"."
Justo Juez - Occidente
Divino y Justo Juez de vivos y muertos, eterno sol de justicia, encarnado en el casto vientre de la Virgen María por la salud del linaje humano.
Justo Juez, creador del cielo y de la tierra y muerto en la cruz por mi amor. Tú, que fuiste envuelto en un sudario y puesto en un sepulcro del que al tercer día resucitaste vencedor de la muerte y del infierno.
Justo y Divino Juez, oye mis súplicas, atiende a mis ruegos, escucha mis peticiones y dales favorable despacho.
Tu voz imperiosa serenaba las tempestades, sanaba a los enfermos y resucitaba a los muertos como Lázaro y al hijo de la viuda de Naim.
El imperio de tu voz ponía en fuga a los demonios, haciéndoles salir de los cuerpos de los poseídos, y dio vista a los ciegos, habla a los mudos, oído a los sordos y perdón a los pecadores, como a la Magdalena y al paralítico de la piscina.
Tú te hiciste invisible a tus enemigos, a tu voz retrocedieron cayendo por tierra en el huerto los que fueron a aprisionarte y cuando expirabas en la Cruz, a tu poderoso acento se estremecieron los orbes.
Tú abriste las cárceles a Pedro y le sacaste de ellas sin ser visto por la guardia de Herodes. Tú salvaste a Dimas y perdonaste a la adúltera.
Te suplico, Justo Juez, me libres de todos mis enemigos, visibles e invisibles: la Sábana Santa en que fuiste envuelto me cubra, tu sagrada sombra me esconda, el velo que cubrió tus ojos ciegue a los que me persiguen y a los que me deseen mal, pies tengan y no me alcancen, ojos tengan y no me vean, manos tengan y no me tienten, oídos tengan y no me oigan, lengua tengan y no me acusen y sus labios enmudezcan en los tribunales cuando intenten perjudicarme.
¡Oh, Jesucristo Justo y Divino Juez!, favoréceme en toda clase de angustias y aflicciones, lances y compromisos y haz que al invocarte y aclamar al imperio de tu poderosa y santa voz llamándote en mi auxilio, las prisiones se abran, las cadenas y los lazos se rompan, los grillos y las rejas se quiebren, los cuchillos se doblen y toda arma que sea en mi contra se embote e inutilice.
Ni los caballos me alcancen, ni los espías me miren, ni me encuentren. Tu sangre me bañe, tu manto me cubra, tu mano me bendiga, tu poder me oculte, tu cruz me defienda y sea mi escudo en la vida y a la hora de mi muerte.
¡Oh, Justo Juez, Hijo del Eterno Padre, ¡que con Él y con el Espíritu Santo eres un solo Dios verdadero! ¡Oh Verbo Divino hecho hombre! Yo te suplico me cubras con el manto de la Santísima Trinidad para que libre de todos los peligros y glorifiquen tu Santo Nombre.
Amén.