Todos somos conscientes del bienestar que una casa ordenada produce en nuestra vida y nuestra mente. Sin embargo, por mucho empeño que pongamos, esta armonía suele durar poco. La japonesa Marie Kondo se ha convertido en un fenómeno superventas gracias a su revolucionario y eficaz sistema para mantener ese orden de forma definitiva. Analizamos su libro ‘La magia del orden. Herramientas para ordenar tu casa… ¡y tu vida!’ (Aguilar, 2014) para dar con las claves de esta filosofía.
La gurú del orden
Esta joven experta en organización lleva casi cuatro millones de libros vendidos y la revista Times la ha incluido en su lista de las 100 personas más influyentes del mundo en 2015. Kondo asegura que desde pequeña vivía obsesionada con el orden. Empezó a leer revistas de decoración con 5 años y con 15 se dedicó a estudiar seriamente el arte del orden y la organización. Ahora es consultora y se dedica a visitar casas y oficinas para aconsejar a quienes tienen dificultades para poner este deseo en práctica. Después de seguir muchos métodos de organización, ha llegado a la conclusión de que la conciencia y la perspectiva de una persona sobre su propio estilo de vida es mucho más importante que cualquier habilidad para clasificar o almacenar. El orden depende de valores personales sobre cómo desea uno vivir.
Efecto rebote
¿Cuál es el primer problema que surge cuando empezamos a ordenar? Para muchos es el almacenamiento, pero para la consultora del orden esa palabra esconde una trampa: cuando almacenamos creamos la ilusión de un cierto orden, pero lo que en realidad hacemos es ocultar cosas que realmente no necesitamos en un armario, en un cajón o una estantería. Tarde o temprano esas unidades de almacenaje se llenan y el caos vuelve a empezar. A eso Kondo le llama efecto rebote. Por este motivo, para ella, la organización empieza por la eliminación. Marie Kondo cuenta en su libro que ningún cliente suyo ha vuelto al desorden después de aplicar su método
El método Konmari
El pilar fundamental del método Konmari (nombre que procede de jugar con las letras de su nombre y apellido) se basa en desechar y conservar solo lo imprescindible y que nos hace felices. Algo que, según apunta, debe hacerse de una sola vez y sin dejarlo a la mitad.
Cuando organizas tu espacio por completo, transformas el escenario que te rodea y el cambio es tan profundo que sentirás que vives en un espacio distinto
Si guardamos las mismas cosas en varios lugares de la casa y nos ponemos a organizar cada lugar por separado, nunca podremos conocer el volumen total de cosas que poseemos y y no terminaremos de organizarlas nunca. Para romper con esta espiral negativa, el método recomienda organizar por categorías, no por ubicaciones. Por lo tanto, debemos hacer una labor de investigación por toda la casa y juntar todo lo que tengamos de la misma categoría: primero la ropa, continuando con los libros, los papeles, objetos varios, a los que ella denomina komono, y terminando con los objetos sentimentales. Con cada categoría deberás hacer lo mismo: deja todos los objetos en un montón en el suelo para escoger uno a uno qué es lo que quieres conservar.
¿Te hace feliz?
Lejos de elegir a partir de un criterio de uso o función, para esta japonesa lo más importante es decidir según del grado de felicidad que nos produce cada objeto. Hay que coger cada prenda una a una para determinar qué sentimiento genera y, si la desechamos, agradecerle el servicio que nos ha proporcionado. De esta manera conseguiremos mantener nuestra conciencia más tranquila ante la ansiedad que produce el deshacernos de nuestras pertenencias.
1. Asigna un lugar para cada cosa
Cada objeto que tengas debe tener un sitio asignado. Sin un lugar para cada cosa, ¿dónde vas a poner los objetos cuando termines de usarlos? Una vez elegido un lugar para tus cosas, podrás mantener tu casa en orden. Entonces, decide dónde van tus cosas y, cuando termines de usarlas, ponlas ahí.
2. Primero desecha, luego guarda
La cantidad de espacio de almacenamiento en tu habitación es adecuada. El verdadero problema es que tenemos mucho más de lo que necesitamos o queremos. Cuando aprendes a elegir tus posesiones de modo adecuado, solo te quedarás con lo que cabe perfectamente en el espacio con que cuentas. Esa es la verdadera magia de la organización. Todo se reduce a dos tareas: eliminar cosas y decidir dónde guardarlas. “Son solo dos tareas, pero la eliminación debe ir primero. Asegúrate de concluir la primera tarea antes de empezar con la siguiente”, escribe Kondo.
3. El almacenamiento: busca la máxima sencillez
El secreto para mantener una habitación ordenada es buscar la máxima sencillez de almacenamiento, de modo que puedas saber de un vistazo cuántas cosas tienes. Es imposible recordar la existencia de cada objeto que tenemos aun cuando simplifiquemos nuestros métodos de almacenamiento: cuanto más simple, mejor.
4. No disperses los espacios de almacenamiento
En este punto solo hay dos reglas: guarda todos los objetos del mismo tipo en el mismo lugar y no disperses los espacios de almacenamiento. Solo hay dos maneras de ordenar las pertenencias: por tipo de objeto y por persona. Nunca mezcles y obtendrás el espacio que necesitas para comenzar una vida llena de armonía. “Si reduces tus posesiones en este orden, tu trabajo fluirá con una facilidad sorprendente”, asegura. “Al empezar con las cosas fáciles y dejar las más difíciles para el final podrás afinar poco a poco tus habilidades para tomar decisiones, y así acabará por parecerte sencillo”.
5. Olvídate del "plan de circulación" y de la "frecuencia de uso" y hazlo todo de una vez
No hay que complicarse. Sólo establece dónde guardar tus cosas según el diseño de tu casa y solucionarás tus problemas de almacenamiento. Guarda todas las cosas similares en el mismo lugar o en sitios muy cercanos. Cuando tienes que decidir qué conservar, consulta a tu corazón. “Algunos creen que esto es un proceso que nunca termina, y que hay que hacerlo todos los días”, dice Kondo. No deberías hacerlo poco a poco y cuando puedas, justo lo contrario de lo que recomiendan otros expertos, que abogan por adquirir el hábito de hacer un poco cada vez. “Si organizas un poco cada día, nunca acabarás”, dice Kondo.
6. Nunca apiles las cosas: el almacenamiento vertical es la clave
Cuando de guardar se trata, lo vertical es lo mejor. Si tienes espacios de almacenamiento que deberían bastar, pero no bastan, prueba el guardado vertical. Verás que esto resuelve la mayoría de los problemas.
7. No necesitas artículos especiales para guardar cosas
El mundo está lleno de artículos para almacenar muy útiles. Pero, no necesitas comprar separadores ni nada por el estilo. Puedes solucionar tus problemas de almacenamiento con cosas que ya tienes en casa, por ejemplo, cajas de zapatos vacías, pues obtienen altas calificaciones en cinco criterios importantes: tamaño, material, durabilidad, facilidad de uso y atractivo. ¡Úsalas para ordenar tus objetos pequeños!
8. No subestimes el “ruido” de la información escrita
Las palabras se convierten en estática que llena el aire. Cuanto más ordenada la casa, más escasos los muebles, más fuerte se siente esta información. Así que empieza por retirar los sellos de los artículos de almacenamiento. Al eliminar el exceso de información visual que no te inspira alegría puedes hacer que tu espacio sea más específico y cómodo.
9. Aprecia tus posesiones
Aunque no nos demos cuenta, nuestras posesiones de veras trabajan duro para nosotros, y desempeñan sus papeles para ayudarnos en nuestra vida. Así como a nosotros nos gusta llegar a casa y relajarnos tras una jornada laboral, nuestras cosas suspiran de alivio cuando regresan al lugar que les corresponde. Trátalas con aprecio y siempre te responderán. La autora lo dice así: “No creo que deba haber ninguna competición en nuestro corazón entre cosas y personas. Si valoramos los objetos que nos importan, y los tratamos bien, no solo durarán más y nos darán más placer; también podemos aprender incluso a ser más amables y generosos con las personas”.
10. Conserva las cosas porque las amas (no solo porque sí)
Mucha gente vive rodeada de cosas que no necesita, solo “porque sí”. Saca los objetos pequeños y accesorios que no te generan felicidad y conserva solo los que amas. Únicamente esos. “Creo que deberíamos rodearnos únicamente de aquello que nos trae felicidad. Para algunas personas serán un montón de cosas. Para otras, solo un puñado”, dice la autora. “La clave es trabajar para identificar aquello que verdaderamente produce dicha, y para la mayoría de la gente no es fácil. Pero es la mejor manera de asegurarnos de que vivimos con aquello que nos satisface. Y en la cantidad justa”.
Ahora estás listo (a) para comenzar a ordenar tu casa, oficina o cualquier espacio para tener una vida como la soñaste. Recuerda, trata a los objetos casi como personas y conserva sólo las cosas que te hacen sentir bien.
Con información del libro: La Magia del Orden, de Marie Kondo.