Orar en el Espíritu es una actitud y un fervor hacia la oración que todos los creyentes pueden y deben tener en su vida de oración de manera regular. Orar o hablar en lenguas es un don espiritual específico dado por Dios para personas específicas durante un tiempo específico y para un propósito específico.
Sabemos que orar en el Espíritu no es un don espiritual específico, porque los apóstoles mandan a todos los creyentes a orar en el Espíritu. Judas instruye a todos los creyentes a “Edificarse en su santísima fe y orando en el Espíritu Santo” (Judas 20).
De forma práctica, orar en el Espíritu es una postura hacia la oración que involucra cada parte de su cuerpo, alma, mente y Espíritu. Implica sintonizar su corazón con la voluntad de Dios y permitir que el Espíritu, que mora dentro de usted, escudriñe su mente y guíe sus oraciones de una manera que una su corazón con el de Dios.
La palabra griega traducida “orar en”, puede tener diferentes significados. Puede significar “por medio de”, “con la ayuda de”, “en la esfera de”, y “en conexión con”. Orando en el Espíritu no se refiere a las palabras que decimos. Más bien, se refiere a cómo es que estamos orando. Orando en el Espíritu es orar de acuerdo con la dirección del Espíritu. Es orar por las cosas que el Espíritu nos guía a que oremos. Romanos 8:26 nos dice, “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles”.
Orar en lenguas, sin embargo, implica que el Espíritu hable a través de la boca de una persona con palabras o sílabas que el orador no podría comprender. Por esa razón, el don espiritual de hablar en lenguas solo podía manifestarse cuando también estaba presente alguien con el don de interpretar lenguas, para que el mensaje fuera claro tanto para el orador como para el oyente.
Existe un debate teológico significativo sobre si el don de lenguas ha cesado o continúa hasta el día de hoy, pero la mayoría de los estudiosos de la Biblia están de acuerdo en que orar en lenguas era un don espiritual específico que solo se otorgaba a unos pocos en la iglesia. Pero orar en el Espíritu no solo es posible para todos los creyentes, es un mandato.