Seguramente muchas veces has escuchado o estudiado la tabla periódica de los elementos químicos, pero hoy no te hablaremos precisamente de eso, haciendo una pequeña investigación nos encontramos con una tabla muy interesante y queremos compartirla contigo, es la Tabla Periódica de las Emociones.
Hoy en día todos somos conscientes de la importancia que tiene para los niños la inteligencia emocional, que no es otra cosa que aprender a reconocer y canalizar las emociones. Hasta el imperio más poderoso ha caído por culpa de las emociones, del deseo, la ambición, el miedo.
En realidad, no hay emociones buenas ni malas, esto lo afirma Marc Brackett en su libro “Permiso para sentir”, utilizando la herramienta Mood Meter define las emociones en dos categorías, agrado y energía. En el Mood Meter, hay dos ejes, el eje X representa el placer; representa qué tan agradables o desagradables nos sentimos, siendo desde -5, lo más desagradable, neutral se encuentra en el medio, y el máximo +5, lo más agradable. El eje Y es la energía: con cuánta energía física cuenta nuestro cuerpo; va de -5, energía extremadamente baja, a neutral en el medio, hasta +5, el más enérgico.
Manejar las emociones no es fácil, nada fácil. Algunas emociones llegan sin avisar, como un torrente, y nos descoloca por completo. Por eso es bueno hablar de todas ellas con los niños, enseñarles qué se siente, por qué pueden llegar, y sobre todo, qué hacer si las sentimos. Y para ello, puedes ayudarte de esta tabla periódica de las emociones, que suponen un repaso de todos los estados emocionales y sentimientos que podemos experimentar (no están todos, evidentemente... ¡son muchísimos más!). De entrada, podemos diferenciar entre emociones negativas y emociones positivas:
1. Emociones positivas en los niños:
Las emociones positivas son aquellas que nos aportan algún tipo de beneficio, que nos ayuda a sentirnos bien, a crecer por dentro y por fuera, a aprender de forma positiva. La mayoría de ellas tienen que ver con valores esenciales, y muchas otras, con estados de ánimo. Entre las emociones positivas están por ejemplo las más básicas: la alegría, el entusiasmo, la felicidad... Pero también encontramos otras emociones que nos ayudan a aprender y a descubrir: la curiosidad, la ilusión, el entusiasmo...
Las emociones positivas que guardan relación con los valores, nos ayudan a sentirnos mejor con nosotros mismos (y con los demás): la sensación de amabilidad, de solidaridad, de ayudar a otra persona, transmite amor, y por supuesto, felicidad. Por eso, valores como la gratitud, la empatía o la compasión, implican emociones muy positivas.
La realidad es que todas las emociones pueden estar relacionadas: unas nos llevan a otras. La expectación, por ejemplo, puede llevar a la ilusión, y ésta a su vez, puede llevar a la euforia y al entusiasmo. Al final todas ellas desembocan en felicidad. Esto es porque las emociones se transforman. De cada uno de nosotros depende que se transformen en emociones positivas o negativas. Si la expectación te lleva al miedo, tal vez el resultado sea diferente, ¿no crees?
- Emociones negativas en los niños:
Las emociones también pueden ser negativas. Son aquellas que nos bloquean, que nos impiden aprender, avanzar y conseguir objetivos. Aunque en todos estos casos, siempre pueden transformarse en emociones positivas. por ejemplo: el miedo puede ser una emoción negativa si nos bloquea y nos lleva al pánico o el terror. Pero el miedo puede ser positivo si nos lleva a la prudencia.
Otras emociones negativas nos hacen daño a nosotros mismos, ya que nos lleva a la infelicidad, como son los celos, la envidia, la soberbia... Si no conseguimos transformar estas emociones en alguna positiva, son realmente destructivas con la autoestima y la confianza en sí mismo del niño.
Puedes usar por tanto esta tabla periódica de las emociones para repasar emociones a las que tu hijo seguramente no haya conseguido dar nombre nunca, pero que reconozca en cuanto le expliques qué se siente; el miedo, el asco o la ira son emociones básicas que seguramente sepa reconocer, pero existen otras muchas como la humillación, la decepción, la frustración, el rencor... que probablemente haya sentido alguna vez sin haber sido capaz de darle nombre.
Recuerda, que como todos los elementos físicos, las emociones no se destruyen, sino que se transforman. Ayuda a tu hijo a canalizar las emociones negativas ya transformarlas en positivas. Esa es la tarea más compleja pero la más importante de todas.
La tabla periódica de las emociones recoge todas estas:
Em- Empatía, Am- Amabilidad, Gr- Gratitud, Il- Ilusión, To- Tolerancia, Sm- Simpatía, M- Miedo, St- Susto, T- Tristeza, Dp- Desamparo, C- Celos, Eu- Euforia, A- Alegría, In- Incertidumbre, E- Envidia, R- Rebeldía, I- Ira, Cu- Culpa , S- Soledad, Cd- Curiosidad, As- Asco, Ho- Hostilidad, Te- Temor, Ex- Éxtasis, Pn- Pena, Dp- Desprecio, Re- Resignación, Tn-Tensión, Su- Sumisión, R-Recelo, Ha- Hastío, F- Felicidad, De- Desprecio, An- Angustia, Me- Melancolía, Tr- Terror, Ra- Rabia, At- Aburrimiento, Dc- Desprecio, Hu- Humillación, Te- Ternura, O- Optimismo, Sd- Serenidad, Cl- Calma, Pu- Pudor, D- Depresión, Cf- Confianza, Cm- Comprensión, Ps- Pesimismo, Or- Orgullo, V- Vanidad, Dp- Decepción, D- deseo, Av- Alivio, So- Soberbia, Sa- Satisfacción, Cp- Compasión, Ad- Admiración, Sr- Sorpresa, Oi- Odio, Pv- Pavor, V- Venganza, Vz- Vergüenza, Ti- Timidez, Do- Dolor.
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