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Nuestra infancia es tan importante que las experiencias vividas en ella determinan nuestra calidad de vida cuando somos adultos. La psicología nos señala 5 heridas emocionales de la infancia que dejan huella en la edad adulta. Conocerlas es fundamental para poder sanarlas y evitar que las sufran nuestros hijos.

heridas

¿Qué son las heridas emocionales de la infancia?

Las heridas emocionales de la infancia son una especie de lesión afectiva que nos impide llevar una existencia plena. Su huella es tan profunda que incluso nos dificulta las relaciones personales. También nos incapacita para afrontar los problemas con mayor soltura y resistencia.

Es frecuente que casi todos tengamos una o varias de ellas, más o menos profundas. Los signos de esas heridas psicológicas se evidencian de infinitos modos: ansiedad, depresión, fracaso en las relaciones afectivas, pensamientos obsesivos, mayor vulnerabilidad hacia determinados trastornos, problemas del sueño, actitud defensiva o agresiva, inseguridad, miedo, desconfianza…

Los seres humanos aprendemos a interpretar el mundo que nos rodea en nuestros primeros años de vida. En nuestra particular interpretación de la realidad influye el entorno, la familia, el contexto socioeconómico y cultural, las experiencias vitales, nuestra forma de ser… Todos tenemos un pasado. Y aunque este ya no exista, las experiencias vividas en la infancia marcan nuestro carácter, dejando su huella en él.

¿Por qué surgen? ¿Cuál es su causa?

A veces estas heridas obedecen a un pasado infantil realmente traumático. Otras veces, en cambio, se deben a distorsiones en la interpretación de la realidad por parte del niño. Debemos recordar aquí que los niños son muy buenos captando impresiones y teniendo sensaciones, pero muy malos interpretándolas.

Los niños y niñas pequeños son aún personas inmaduras para comprender todo cuanto sucede a su alrededor. Por ejemplo: un niño puede sentir abandono cuando a pesar de que sus padres están con él en casa, nunca le prestan la debida atención o desatienden sus necesidades afectivas.

Pero también puede interpretar como abandono el hecho de que le dejen con los abuelos para ir al hospital durante una temporada, cuando en realidad sus padres pretenden evitarle sufrimiento debido, por ejemplo, a una enfermedad en el seno de la familia.

¿Cómo se originan?

Las heridas emocionales de la infancia surgen por una o varias experiencias negativas (o interpretadas como tal) vividas en la niñez. Dichas experiencias dejan una huella (o herida) emocional que puede repercutir en nuestra salud afectiva cuando llegamos a la edad adulta.

Las heridas emocionales se originan en una edad temprana y a raíz de un suceso o experiencia traumática (o apreciación de la misma) acontecido de forma puntual o a lo largo del tiempo y de forma más o menos constante. Por ejemplo: el fallecimiento de un familiar, la depresión de uno de los progenitores, una crianza inadecuada, malos tratos, el nacimiento de un hermanito y los celos asociados a ello…

A veces tan solo una sensación percibida, pero junto a una sensibilidad o susceptibilidad extremas basta para generar la herida en base a un malentendido o a una mala interpretación de la realidad. Y es que este tipo de heridas emocionales se dan en la primera etapa de la vida. En esos primeros años en los que el niño carece aún de un adecuado enfoque de la realidad, de estrategias personales para manejar y entender ciertas dimensiones o de una correcta gestión de las emociones.

De esta forma, es muy común que siempre acontezcan uno o varios de los 5 tipos de experiencias dolorosas o heridas emocionales de la infancia que más afectan al desarrollo y terminan dejando una impronta muy evidente en la personalidad. Conocerlas, saber cómo nace cada una de estas heridas emocionales y en qué consiste cada una es importante para poder evitarlas o sanarlas.

Yo escogí la familia antes de nacer

Cuando naciste, ya sabías en lo más profundo de tu ser que la razón por la que te habías encarnado era la de ser tú mismo al vivir diversas experiencias. Tu alma, por otra parte, ha elegido a la familia y el medio ambiente en los que habrás de desarrollarte con una finalidad muy precisa. Igualmente, tus futuros padres deben poner en orden sus asuntos a través de un niño como tú. Esto explica que los niños y los padres suelan tener las mismas heridas que curar.

Todos tenemos la misma misión al llegar a este planeta: “vivir las experiencias una y otra vez hasta que podamos aceptarlas y amarnos a través de ellas”.

 

  1. RECHAZO

 

De pronto un niño deseado, pero, salió de sexo opuesto al deseado. No hacen parte de nada y no les gustan que los idolatren, no saben que hacer.

herdida rechazo

  • La herida surge de la concepción al primer año de vida. No sentir el derecho a existir.
  • La máscara de huida, se desarrolla precisamente para evitar el sufrimiento de la herida de rechazo.
  • La herida de rechazo radica en el progenitor del mismo sexo.
  • Es frecuente que utilice vocabulario como "nulo", "nulidad", "nada", "inexistente", "desaparecer".
  • Carácter: desapego a lo material, perfeccionista, intelectual. Pasa por fases de gran amor al odio profundo. Tiene dificultades sexuales. Se cree inexistente, carente de valor. Procura la soledad. Tiene capacidad de hacerse invisible. Busca diferentes medios para huir. Se deslinda del mundo. Se siente incomprendido. Tiene dificultades para dejar vivir a su niño interno.
  • Mayor temor el pánico. No se da cuenta porque se abstrae justamente antes de sentirlo.
  • Alimentación: pérdida de apetito por las emociones o el temor. Ingiere pequeñas porciones. Para huir consume azúcar, alcohol o drogas. Tiene predisposición a la anorexia.
  • Enfermedades posibles: cutáneas, diarrea, arritmia, cáncer, problemas respiratorios, alergias, vómitos, desmayos, estado de coma, hipoglucemia, diabetes, depresión suicida, psicosis.

Aspecto físico: Flaco se le nota en la venas, ojos pequeños Ojos pequeños, atemorizados o con la impresión de llevar un antifaz, tensión cuello y cabeza. puede que no se presente simetría en alguna parte del cuerpo, alguna deformidad.

La pareja que buscan.: Hombres extrovertidos, que tengan carisma, que ellos sean el centro de atención y así por ser su pareja se vuelve más visible.

La herida del rechazo se sana empezando a valorarse y a reconocerse, obviando los mensajes que el crítico interno le envía. Para curar su cicatriz es saludable trabajar las inseguridades, ganar mayor confianza en nosotros mismos y comenzar, poco a poco, a sentirnos más capaces. Es necesario conocerse, respetarse y quererse a uno mismo.

Para prevenir esta herida, es importante que tratemos siempre con respeto a nuestros hijos y les infundamos seguridad en sí mismos y autonomía en la toma de decisiones. También es relevante enseñarles a recibir las críticas constructivas y descartar las destructivas, en base al amor propio.

  1. ABANDONO 

La soledad es el peor enemigo de quien vivió el abandono en su infancia. No son queridos se sienten muy dependientes, ejemplo llegada bebe nuevo, trabajan y los papás y lo dejan con un tercero mucho tiempo. Son súper dramáticos, porque llego tarde, buscan la opinión de los demás, muy insistentes, no soporta que lo dejan, miedo al futuro.

  • La herida surge entre el primero y el tercer año de vida. Carencias de muestras de afecto o del tipo de afecto deseado.
  • La máscaraque se crea el humano para intentar ocultar su herida de abandono es la del dependiente.
  • Profunda falta de comunicación con el progenitor del sexo opuesto.
  • El dependiente suele utilizar las palabras: “ausente”, “solo”, “no soporto”, “devoro”, “no me sueltan”.
  • Carácter de víctima, fusional. Necesita de presencia, atención y, sobre todo, apoyo. Dificultad para hacer o decidir cualquier cosa por sí mismo. Pide consejos sin seguirlos necesariamente. Voz infantil. Dificultad para aceptar un “no”. Triste, llanto fácil. Causa lástima. Un día está alegre y al otro triste. Se retrae físicamente de los demás. Mental. Le gusta tener espectadores. Busca la independencia. Le gusta el sexo.
  • Su mayor temor es la soledad. No lo ve porque se las ingenia para casi nunca estar solo.
  • Alimentación: buen apetito, bulimia, preferencia por alimentos blandos, come despacio.
  • Enfermedades posibles: lumbalgia, bronquitis, migrañas, hipoglucemia, agorafobia, diabetes, glándulas suprarrenales, miopía, histeria, depresión, enfermedades raras, enfermedades incurables.

Aspecto Físico: Cuerpo delgado, sin tono muscular, piernas débiles, espalda encorvada, brazos en apariencia demasiado largos y pegados al cuerpo, zonas del cuerpo caídas o flácidas. Ojos grandes, tristes, con mirada que atrae. Cuando están de pie, no saben que hacer con sus brazos, ponerlos adelante, atrás, cruzarlos.

La pareja que buscan. Pareja para cubrir tu soledad y tu vacío, te hace sentir fuerte, porque tu solo no puedes con la vida.

La herida del abandono se sana trabajando el miedo a la soledad. Esto se consigue pasando tiempo de calidad con nosotros mismos, realizando actividades que nos gustan y practicando el autocuidado. Identificar y saber gestionar el temor a ser rechazados es igualmente relevante. Para ello debemos derribar las barreras invisibles del contacto físico y emocional.

Es el niño interior, y no el adulto, quien teme que lo dejen. Por eso, hay que fortalecer su autoestima para evitar caer en el autosabotaje. Es necesario conectar con nuestro niño interior y abrazarle para que se sienta seguro y sea capaz, poco a poco, de disfrutar de sus momentos de soledad.

La forma de evitar la herida del abandono es compartir con nuestros hijos tiempo de calidad, dialogando a menudo con ellos, prestando atención consciente a sus demandas afectivas y practicando la escucha activa.

Ayúdalos: Hazlos sentir seguros, que cuentan contigo y que los quieres.

 

  1. HUMILLACIÓN

 

Papas lo controlan, lo regañan mucho, que es un cochino, con muchos secretos familiares y prohibido hablar de eso, abusos de infancia incluidos los sexuales. se pueden generar en los niños diciéndoles que son: torpes, malos o unos pesados. Así como aireando sus problemas ante los demás; esto destruye la autoestima infantil.

  • La herida comienza a manifestarse entre el primero y tercer año de vida. Carencia de libertad, sensación de humillación debido al control del progenitor.
  • El niño que sufre humillación se crea la máscara de masoquista. El masoquismo es el comportamiento de una persona que encuentra satisfacción, e incluso placer, sufriendo.
  • El progenitor con el que se asocia la heridaes aquel que se hizo cargo del desarrollo físico del niño, por la general, la madre.
  • Vocabulario: “ser digno”, “ser indigno”, “merecer”, “no merecer”, “pequeños (o diminutivos), “grande” o “grueso” (o aumentativos).
  • Carácter: se avergüenza de sí mismo y de los otros o teme avergonzar a los demás. No le gusta ir de prisa. Conoce sus necesidades pero las ignora. Lleva una carga emocional pesada sobre su espalda. Controla a los demás para evitar la vergüenza. Se considera maleducado, desalmado, cochino, o menos. Se las ingenia para no ser libre. Si carece de límites teme desbordarse. Desempeña el papel de madre. Hipersensible. Se castiga creyendo así castigar a los otros. Desea ser digno. Vive del desagrado. Sufre vergüenza en el plano sexual, aunque es sensual e ignora sus deseos sexuales. Se compensa y recompensa comiendo.
  • Su mayor temor es la libertad. No se cree ni se siente libre debido a las numerosas limitaciones y obligaciones que se impone.
  • Alimentación: alimentos ricos en grasas, chocolate, es bulímico o ingiere muchas porciones pequeñas. Se avergüenza al comprar o comer golosinas.
  • Enfermedades posibles: lumbalgia, laringitis, anginas, problemas respiratorios, trastornos en piernas y pies, varices, esguinces, fracturas, disfunciones hepáticas y de la glándula tiroides, irritaciones de la piel, hipoglucemia, diabetes, enfermedades del corazón.

Aspecto físico: Partes del cuerpo robusto, grueso, rollizo, talle corto, cuello grueso y abombado, tensión en cuello, garganta, mandíbula y pelvis. Rostro redondo. Ojos grandes, redondos, abiertos e inocentes como los de un niño, pecho plano, cola plana.

Se humillan y se castigan ellos mismos, se anticipan ellos mismos. No expresan sus necesidades, son muy graciosas, hacen reír a los demás.

La pareja que buscan. hombres que necesitan ser salvados incluso del alcoholismo y la drogadicción, toman el perfil de cenicienta, se dan valor solo cuando los demás las necesitan.

Esta herida se sana soltando la pesada carga que el humillado lleva en la espalda. Se consigue mediante el perdón hacia las personas que lo dañaron, haciendo las paces con el pasado para poder comenzar a valorarse como la persona que realmente es, aquella de la que solo él es responsable como adulto.

La crianza respetuosa, el trato empático y afectuoso y saber establecer límites con respeto evita que nuestros hijos sufran las consecuencias de la humillación durante su infancia y en la edad adulta.

Ayúdalos: Ríete de sus chistes y que sean serviciales sin abusar.

 

  1. TRAICIÓN

 

Perder la fidelidad, perder la confianza en alguien. Mascara de controlador. Complejo de Edipo en la infancia. Les prometieron algo y al final no lo cumplieron por ejemplo llevarlo al parque, Dimensiones como incumplir promesas, no proteger, mentir o no estar cuando más se necesita a un padre o a una madre origina heridas profundas.

  • Esta herida surge entre los dos y los cuatro años de vida. Pérdida de confianza o expectativas no satisfechas en la conexión amor-amor sexual. Manipulación.
  • Cuando el niño comienza a vivir experiencias de traición se crea una máscara para protegerse. Esta máscara es la de controlador.
  • Esta herida se vive con el progenitor del sexo contrario.
  • Vocabulario: “disociado”, “separado”, “¿me entiendes?”, “soy capaz”, “deja que lo haga solo”, “lo sabía”, “confía en mí”, “no confío”.
  • Carácter: se cree muy responsable y fuerte. Intenta ser especial e importante. No cumple sus compromisos y sus promesas o para cumplirlos tiene que esforzarse. Miente fácilmente. Manipulador. Seductor. Tiene muchas expectativas. Estado de ánimo dispar. Está convencido de que siempre tiene la razón, intenta convencer a los demás de ello. Impaciente. Intolerante. Comprende y actúa rápidamente. Actúa como si fuera un actor para destacar. Comediante. Difícilmente confía en otros. No muestra su vulnerabilidad. Escéptico. Temor a deshacer compromisos.
  • Su mayor temor es la disociación, la separación, la negación. No se percata de hasta qué punto crea situaciones de conflicto o problemas para dejar de hablar con alguien.
  • Alimentación: buen apetito, come rápido, añade sal y especias a las comidas. Puede controlarse cuando está ocupado, pero en otras ocasiones lo pierde.
  • Enfermedades posibles: enfermedades de control y pérdida de control, agorafobia, espasmofilia, sistema digestivo, males que terminan en “itis”, herpes bucal.

Aspecto físico: Hombres musculosas, en las mujeres caderas anchas, cuerpo en forma de pera. Pecho inflado, hombro rectos espalda ancha, mirada penetrante, piernas mas delgada que el cuerpo. Mirada intensa, mirada seductora.

No aceptan el error, les gusta hacerse escuchar. Muy poca paciencia, todo es según su voluntad.

La pareja que buscan. hombres confiables, se sienten muy solas, hombres cultos, socio de pareja.

Para sanar esta herida hay que trabajar la paciencia, la tolerancia, la confianza y la delegación de responsabilidades en los demás. Para evitársela a nuestros hijos, debemos no prometer en vano, mostrarnos coherentes en palabras y actos y cumplir siempre con las promesas que les hacemos.

Ayúdalos: Hazlo sentir que tiene el control y dejarlos dirigir.

 

  1. INJUSTICIA

 

Personas muy rígidas. Recibió frialdad con su padre del mismo sexo.

  • Esta herida despierta en el momento en el que se desarrolla la individualidad del niño; es decir, entre los tres/cuatro y los cinco/seis años de edad. Debe ser la estrella y perfecto. Bloqueo de la individualidad.
  • La máscaraque crea el niño para protegerse en este caso es la rígida. Aun cuando corten de tajo con sus sentimientos, esto no significa que no sientan nada. Por el contrario, las personas rígidas son muy sensibles, pero desarrollan no sentir esa sensibilidad y no mostrarla a los demás. Es por ello que parecen frías e insensibles.
  • Esta herida se vive, sobre todo, con su progenitor del mismo sexo.
  • Vocabulario: “no problema”, “no pasa nada”, “siempre”, “nunca”, “muy bueno”, “muy bien”, “muy especial”, “justamente”, “exactamente”, “seguramente”, “¿estás de acuerdo?”.
  • Carácter perfeccionista. Envidioso. Se desvincula de sus sentimientos. Cruza los brazos. Actúa para destacar y ser perfecto. Demasiado optimista. Vivaz, dinámico. Se justifica. Dificultad para pedir ayuda. Puede reír para ocultar su personalidad. Tono de voz seco y tenso. No admite tener problemas. Dudas. Se compara con el mejor y con el peor. Dificultad para recibir. Considera injusto recibir menos y más injusto aun recibir más que los otros. Dificultad para sentir placer sin sentirse culpable. No respeta sus límites y se exige mucho. Se controla. Le gusta el orden. Rara vez se enferma, es duro con su cuerpo. Explosivo. Frío. Le es difícil mostrar su afecto. Apariencia sensual.
  • Su mayor temor es la frialdad. Le resulta difícil reconocer esta frialdad porque se considera una persona cálida que hace lo posible para que todo resulte justo y armonioso a su alrededor.
  • Alimentación: prefiere los alimentos salados. Le gusta lo crujiente. Se controla para no engordar. Se justifica cuando pierde el control.
  • Enfermedades posibles: agotamiento, anorgasmia (mujeres), eyaculación precoz o impotencia (hombres). Enfermedades que terminan en “itis”: tendinitis, bursitis, artritis… Tortícolis, estreñimiento, hemorroides, calambres, circulación, hígado, problemas de piel, nerviosismo, vista deficiente.

Aspecto físico: Persona perfecta todo su cuerpo es proporcionado, erguido, rígido y lo más perfecto posible. Bien proporcionado. Glúteos redondos. Talle corto, ajustado por la ropa o el cinturón. Movimientos rígidos. Piel clara. Mandíbula firme. Cuello tieso. Erguido con orgullo. Ojos de mirada brillante y viva. Ojos claros.

Perfeccionista, criticar o a envidiar persona que para él no merecen. Valen más por lo que hacen que por lo que son. Son la estrella, desafiar la autoridad, que no lo toquen, barbilla hacia arriba, estoy pendiente de todo.

La pareja que buscan. alguien espontaneo , que te trate con cariño, que no te exija tanto, o persona correcta para presentarla en tu entorno.

La forma de curar esta herida es trabajar la rigidez mental, cultivando la flexibilidad, la tolerancia y la confianza hacia los demás. Se previene desde la infancia trabajando en los niños el respeto por la diversidad y la tolerancia, practicando la crianza respetuosa, la empatía, la expresión de sentimientos y el intercambio de opiniones e ideas.

Ayudarlos: Darle retos y decirle que merecen algo.

** Fuente: escritora Lise Bourbeau –libro LAS CINCO HERIDAS QUE IMPIDEN SER UNO MISMO

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