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Centrémonos en lo personal. La respuesta más sencilla a esta pregunta sería decir: “Porque el mundo no es como te lo imaginabas”.

Esta es una pregunta que todo el mundo se ha hecho alguna vez. O por lo menos, una gran mayoría de los que fuimos criados en ciertos valores cívicos. “Vamos a ver, si soy bueno, hago el bien, ¿por qué hay personas que se aprovechan de mí o me pasan cosas malas? Debería ser al revés: que el mundo me recompensase por hacer lo correcto”.

Uno de los misterios más desconcertantes de la vida es por qué le pasan cosas malas a la gente buena. Todos hemos escuchado historias de cómo el adolescente más entregado de la espiritualidad muere repentinamente en un accidente automovilístico, o de cómo una hermosa y joven madre de tres niños enferma de cáncer y muere de pronto, dejando a sus hijos para ser educados por sus cariñosos familiares, o de como una niña es violada en su familia. Por qué sufre el justo, siempre ha sido un enigma.

La maldad es como la lluvia; moja a o todos por igual, sobre justos e injustos. Los que lo pronosticaron se protegieron con la sombrilla.

El bien es como los rayos del sol; alumbra pata todos, hasta puede dejarnos ciegos y quemar la piel sin darnos cuenta.

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CÓMO EVITAR LO MALO

No hay ninguna razón o explicación definida acerca de la razón por la que pasan cosas malas. Estas son algunas cosas que puede ayudar a evitar que lo malo suceda:

  1. Tus propias expectativas sobre el mundo

Sí, retomamos esa frase del comienzo: “Porque el mundo no es como te lo imaginabas”. Una parte de la vida es vivir las frustraciones, ya que es a través de ellas como aprendemos más eficazmente sobre el mundo. Si la pifiamos una vez, ten por seguro que la siguiente vez tendremos más cuidado.

Pero es un poco difícil encarar las frustraciones cuando nos hemos criado con axiomas tan rígidos como “no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”; “sé bueno y siempre tendrás recompensa”; “si te portas bien, estudias mucho y eres honesto, llegarás lejos en la vida” o “la gente mala siempre tiene cosas malas”.

Sin embargo, resulta que la realidad es un poco más compleja. La gente hace con nosotros un poco lo que le viene en gana. Ser bueno no siempre nos trae recompensas. Al contrario, a veces “nos castigan” por ello. Y la gente mala a veces aparece como más triunfadora que la buena.

Aquí existe un conflicto entre la expectativa de cómo es el mundo y la realidad. Creamos una serie de contingencias a través de estos axiomas y nos aventuramos a predecir el mundo a través de estas contingencias. El problema viene cuando nuestras expectativas no se cumplen. Entonces nos frustramos y el mundo que creíamos predecir se vuelve errático y raro.

Aplicamos aquí también la “disonancia cognitiva “, es decir, dos ideas contradictorias que fluctúan en nuestra mente, y que nos generan tensión. Por un lado, tenemos la frustración de nuestras expectativas sin cumplir. Por otro, tenemos un mundo al que necesitamos dar explicación. Por lo que lo resolvemos como mejor podemos: “Yo no estoy equivocado, es el mundo el que está mal”.

Normalmente se genera un conflicto entre cómo creemos que debería ser el mundo y cómo es de verdad.

Claro que esto se resuelve en el momento en que comprendemos que la vida no es tan sencilla como dividir el mundo entre luces y sombras, blancos y negros. Hay matices y nos tenemos que ir adaptando a cada cosa que pasa. Los axiomas pasados y rígidos ya no sirven. Tenemos que cambiarlos por otros más útiles.

  1. Ser demasiado amable

Hay un rasgo de personalidad denominado amabilidad o apertura emocional que hace referencia a nuestra capacidad de ser amable (valga la redundancia) con los demás. Esto consiste en ser atentos, prestar atención a las emociones ajenas, no buscar conflictos, ser servicial con los demás y, en definitiva, ser lo que reconocemos como alguien majo. Sin embargo, este rasgo tiene sus problemas, y es que las personas que son demasiado amables están destinadas a que se aprovechen de ellas por el propio estilo de relación que establecen con los demás, que no se aleja mucho del tipo de relación que tendría un padre o una madre protectora y cariñosa con un hijo dependiente.

Sí, puede sonar un poco descabellado, o incluso exagerado, pero muchas personas amables no pueden evitar ser serviciales con los demás. Es algo que les realiza y se sienten mal si no pueden hacerlo. Y esto conlleva relaciones donde uno se convierte en el eterno asistente voluntario y el otro es el asistido. El problema viene cuando el asistente no se siente del todo correspondido por sus servicios.

La solución pasa por adoptar otros roles más equilibrados. Pasar de ser un asistente a ser un igual. Alguien que se preocupa por la situación del otro, pero es consciente de que los estados del otro son del otro y no suyos.

No se trata de ser menos amable, sino de ser más responsable en el uso de esa amabilidad.

  1. Jugar con el personaje del chico o chica buenos

Un personaje es una máscara que representamos para convencernos a nosotros mismos, o a los demás, de que representamos ciertos valores. Porque, ya de por sí, un personaje representa sobretodo valores.

Un ejemplo muy representativo de jugar papeles está en los juegos de seducción. Sobre todo, en los chicos que se empeñan en ser buenos, atentos y serviciales con las chicas que pretenden conquistar, porque de alguna manera tienen la creencia de que eso les va a gustar de ellos. Y resulta que es todo lo contrario. Porque a no ser que esa sea tu verdadera naturaleza, y demuestres autenticidad, ellas notarán que estás fingiendo.

Un personaje es una máscara que representamos para convencernos a nosotros mismos, o a los demás, de que representamos ciertos valores

Claro que después vienen los lamentos: “Las chicas solo quieren malotes, y pasan de mí porque soy bueno”. En el momento que piensas de esa manera, te estás convirtiendo en un pasivo-agresivo con complejo de víctima. Y, a diferencia de tu máscara, esto último desgraciadamente sí dirá más de ti.

En estos casos, lo mejor es empezar a ser auténticos. Aceptar que el personaje del chico o la chica buena son muy interesantes en la ficción, pero en la vida real valoramos más a las personas por sus valores humanos reales que por los que intentan simular. Sabemos reconocer a una buena persona porque acepta esa parte mala y oscura de la naturaleza humana, pero en su infinita libertad de elección decide no ejecutarla.

Con estos tres factores, lo que venimos a decir es que el mundo es algo más complicado que una diferencia entre lo malo y lo bueno. Y si me voy con lo último, todo serán ventajas. La naturaleza es difícil de describir; es cambiante. Nuestro papel en ella no es esperar que nos dé, sino salir a su encuentro y adaptarnos a sus cambios.

  1. Evite tomar malas decisiones.

Tomar un atajo que cruce una parte peligrosa de la ciudad en la noche no es una decisión sabia. Dejar su billetera o su cartera en el asiento del carro mientras se baja a usar el servicio en una pequeña tienda es imprudente. Los cinturones de seguridad no existen solamente para admirarlos cuando se sienta en el asiento del automóvil. El cañón de un arma no es un pequeño telescopio a través del cual se puede mirar, y conducir en estado de ebriedad puede provocar que su nombre quede escrito en la pizarra de la funeraria. Cuando las personas toman decisiones poco prudentes, pueden estar abriendo la puerta a dificultades y tragedias.

  1. No deseche el sentido común.

Hace años un comerciante de viaje para el pueblo, desesperado porque debía abrir su local comercial y luego ser ministro que ayuda en el toque de las campanas de la iglesia y luego ayudar a repartir la sagrada comunión en la misa el día Domingo. Se encontraba en la capital, la vía estaba con un letrero grande prohibido transitar en la noche por caída de rocas y derrumbes inesperados y varias personas le aconsejaron no hacer el viaje porque era muy peligroso. Él hizo caso omiso de los conejos y de las señales de advertencia, y poco después de santiguarse, encomendarse a sus santos, arranco en su carro. Un derrumbe se lo llevo al fondo del abismo. Su deseo personal fue más poderoso que su sentido común. Cuando varias personas nos aconsejan no hacer algo, es sabio poner atención ya que "en la multitud de consejeros está la victoria" (Proverbios 24:6).

  1. Realice su trabajo adecuadamente.

Hace un tiempo le escuche a un amigo que realizaría un viaje y que mejor viajaría por la noche, porque la carretera es más sola y menos congestionada, que también su experiencia como camionero le daba la pericia de maniobrar en esos lugares donde la vía estaba en mantenimiento. Que también era mejor pedir el carro prestado del amigo para viajar más cómodos; a pesar de sintió que las llantas estaban un poco lisas y el momento de cambiarlas.  Cuatro horas después llamaron que el amigo se accidento en el carro, al invadir el otro carril, porque no vio nada adelante y la falta de señalización ni percibió el cambio de carril. 3 personas del otro automóvil de una misma familia murieron. El accidente me recordó una Escritura en Eclesiastés 7:17: "No hagas mucho mal, ni seas insensato; ¿por qué habrás de morir antes de tu tiempo?".

Podría pasar más tiempo dando razones de por qué pueden suceder cosas malas; sin embargo, preferiría compartir la manera de evitar que sucedan tales cosas. No hay duda de que, si usted y yo no estuviéramos protegidos de alguna manera por la mano de Dios, ya hubiéramos pasado a la eternidad. La vida de su familia se salvó, pero, las vidas del otro núcleo familiar lloran la desgracia en el cementerio.

  1. No esté en el lugar equivocado, con la gente equivocada en el momento equivocado.

Dime con quién andas y te diré quién eres. Muchos adolescentes se involucran en situaciones peligrosas de vida o muerte, especialmente con las drogas y el alcohol, porque sus amigos, como imanes, los atraen a lugares llenos de malas vibraciones. Muchos adolescentes han estado con las personas equivocadas en el lugar equivocado y en el momento equivocado y han sufrido una terrible consecuencia. Salgamos de la universidad y vamos a la zona de prostitución que el licor es más barato y al rato nos vamos; olvidan que también hay escopolamina y venta de drogas. Tomémonos unas cervecitas en el parque que el partido de futbol ya paso y a los del equipo contrario no se darán cuenta de nuestras camisetas.

El pacto de protección

Existen varios pactos con Dios. yo utilizo el enviar a mi Ángel de la Guarda delante de mí y activa mi precognición que está en mi corazón; de que debo o no hacer. A mi Ángel Guía, con la intuición que está en mi mente para que me dé señales claras manifiestas de como obrar antes de.

Reflexión.

Como dijo Bruce Lee: “Creer que, por ser buena persona, la vida te tratará bien es igual que creer que un tigre no te atacará porque eres vegetariano”.

 

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