El exorcista italiano Gabriele Amorth aseguró que la actividad demoníaca se define en ordinaria, que es simplemente la tentación, y en extraordinaria, en la que se divide en 10 categorías principales.
ORDINARIA LA TENTACIÓN.
la cual es una provocación a hacer aquello que Dios nos ha prohibido. Aquí el enemigo estudia bien aquellas áreas donde somos débiles y luego nos seduce para desobedecer al Señor ofreciéndonos un apetitoso y venenoso manjar.
10 CATEGORIAS EXTRAORDINARIAS
- DOLOR FÍSICO EXTERNO CAUSADO POR SATANÁS
La actividad demoníaca puede manifestarse como dolor físico.
El padre Amorth nombra a San Juan de la Cruz, el Cura de Ars, y el Padre Pío como ejemplos históricos de quienes sufrieron golpes físicos y tormento por los demonios, pero hay muchos más.
Pero, ya que esta “forma externa de la persecución no afecta al alma”, se entiende que “nunca ha habido la necesidad de un exorcismo. Como máximo, intervino la oración de personas consciente de lo que ocurría”.
- POSESIÓN DEMONÍACA
Es el tormento más grave y tiene lugar cuando el demonio toma posesión de un cuerpo (no de un alma), haciéndolo actuar o hablar como él quiere, sin que la víctima pueda resistir y, por lo tanto, sin que sea moralmente responsable.
Esta forma es también la que se presta mayormente a fenómenos espectaculares, como los puestos en escena por la película El exorcista, o como los signos más llamativos indicados por el Ritual: hablar nuevas lenguas, demostrar una fuerza excepcional, rechazar todo lo santo y hasta decir blasfemias contra Dios, revelar cosas ocultas.
Tenemos un claro ejemplo evangélico en el endemoniado de Gerasa. Marcos 5:1-20,Lucas 8:26-39 DHH
En referencia a la pregunta, si hay un modelo referencial , el P. Amorth informa que, “fijar un modelo para el conjunto de la posesión demoníaca sería un grave error; la aflicción recorre toda la gama de síntomas y gravedades Sería un grave error fijarse en un único modelo. Entre tantos, exorcizó a dos personas afectadas por posesión total; durante el exorcismo permanecieron perfectamente mudos e inmóviles. Podría citar varios ejemplos con fenomenologías muy diferentes “.
- OPRESIÓN DEMONÍACA - VEJACIÓN DIABÓLICA
Es decir, trastornos y enfermedades de muy graves a poco graves, pero que llegan a la posesión, a hacer perder el conocimiento, a hacer acciones o pronunciar palabras de las que no se es responsable. Estas agresiones pueden ser crueles.
Un ejemplo bíblico: Job no tenía posesión diabólica, pero se vio gravemente golpeado en sus hijos, en sus bienes, en su salud. La mujer encorvada y el sordomudo curados por Jesús no tenían una posesión diabólica total, sino la presencia de un demonio que les provocaba esos trastornos físicos.
Ciertamente, san Pablo no estaba endemoniado, pero tenía una vejación diabólica que consiste en un trastorno maléfico: “y para que la grandeza de las revelaciones no me envanezca, tengo una espina clavada en la carne [era evidentemente un mal físico], un ángel de Satanás que me hiere” (2 Cor 12, 7). Así que no hay duda de que el origen de ese mal era dañino.
Las posesiones son todavía absolutamente raras hoy, pero nosotros los exorcistas encontramos en gran cantidad a personas golpeadas por el demonio en la salud, en los bienes, en el trabajo, en los afectos... Está muy claro que diagnosticar la causa maléfica de estos males (es decir, determinar si se trata de una causa malvada o no) y curarlos, no es en absoluto más simple que diagnosticar y curar de posesiones verdaderas y propias. Podrá ser diferente la gravedad, pero no la dificultad para entender y el tiempo necesario para sanar.
Mientras que “la posesión es rara”, el P. Amorth revela que él y sus colegas exorcistas han atendido “a un gran número de personas que han sido afectadas por el diablo en su salud, trabajo, o relaciones”
- OBSESIÓN DIABÓLICA
ataque desde afuera de la persona hacia su mente, asaltos imprevistos haciéndole pensar permanentemente, con un objeto, persona o situación que en apariencia luce agradable, placentera y deseable. Pero, de tal manera que la víctima no está en condiciones de liberarse de ellos. Es un bombardeo a la mente.
Por ella la persona afectada vive en constante estado de postración, de desesperación, de tentaciones de suicidio. Casi siempre las obsesiones influyen también en los sueños.
Se me dirá que éstos han sido morbosos, competencia de la psiquiatría.
También para todos los otros fenómenos puede haber explicaciones psiquiátricas, parapsicológicas o similares.
Pero, son casos que salen completamente de la sintomatología constatada por estas ciencias, y que revelan síntomas de segura causa maligna o presencia maligna. Son diferencias que se aprenden con el estudio y con la práctica.
Hoy se distingue el término opresión demoníaca del de posesión.
Por opresión se entiende la influencia del demonio sobre un área de la persona. Dereck Prince compara esta clase de opresión con la invasión de un ejército que logra llegar sólo a una parte de la ciudad.
Cuando una persona experimenta ataques compulsivos en un aspecto de su conducta personal, como drogas, alcohol, etc. puede darse el caso de opresión y la conveniencia o aún necesidad de la oración de liberación, para que la persona quede libre.
¿Cuáles son las señales que pueden indicar que una persona está oprimida por el demonio y necesita oración de liberación?
El Padre Francis MacNutt señala las siguientes:
- Se presenta el elemento de compulsión que acabamos de anotar. Estos casos son relativamente frecuentes y se extiende a distintos campos como el alcohol, el sexo, la tendencia suicida, homicida, etc. Tengamos presente el término compulsión que hemos empleado y que indica una tendencia vehemente y casi irresistible que arrastra a la persona a determinadas acciones. Es muy superior a la simple tentación o a la debilidad de quien ha adquirido una mala costumbre.
- La persona que pide oración de liberación, frecuentemente conoce que su problema es de origen demoníaco y lo manifiesta. Claro está que este concepto puede ser equivocado. Por eso no podemos proceder con ligereza y debemos discernir con la luz del Espíritu Santo la realidad de cada situación.
- Si la oración por sanación interior aparentemente no produce ningún efecto, puede ser una indicación de que se necesita la de liberación.
La reacción de la persona y su situación interior posterior a la oración puede orientarnos muy bien en casos especiales.
Los que conocen la actividad de los demonios saben que ordinariamente ellos tratan de convencer a la persona afligida de que su situación es irremediable y que no es objeto de amor sino de odio por parte de Dios.
Hay que insistir para evitar penosas y perjudiciales equivocaciones que una situación de depresión como la que hemos considerado puede obedecer a distintas causas y requiere, por lo mismo distintos tratamientos. Puede ser originada por causas orgánicas como deficiencias de serotonina o descompensación hormonal. Puede obedecer a un pecado secreto que atormenta interiormente a la persona, o un stress agudo.
Puede ser fruto de la acumulación del odio o del temor causado por falta de amor en distintas épocas de la vida. Y puede ser efecto de acción demoníaca o simultáneamente de varios factores.
Si frente a esa situación el médico o el pastor emplean métodos equivocados, no habrá alivio ni curación. La situación podrá agravarse. Si falta serotonina de nada servirá la sola psiquiatría. Si ésta se requiere, los productos químicos no curarán. Si falta amor, éste no puede ser reemplazado por nada diferente. Si el demonio actúa como opresor, no será expulsado con electrochoques ni con consejos. Por eso es tan necesaria la integración de médicos y pastores y el don de discernimiento para conocer la realidad y las maneras de actuar en cada caso.
- INFESTACIÓN DIABÓLICA
Es el fenómeno por el que un demonio posee un lugar.
Las infestaciones afectan casas, cosas o animales.
La infestación de la casa puede ocurrir cuando en esa casa se ha practicado de forma continuada espiritismo, ritos satánicos, santería o cualquier otra forma de esoterismo.
El demonio al poseer un lugar puede mover cosas a voluntad o provocar ruidos u olores.
La infestación no provoca la posesión de ninguna de las personas que viven en ese lugar.
- SUBYUGACIÓN O DEPENDENCIA DIABOLICA
El Padre Amorth explica que la gente cae en esta forma de mal cuando voluntariamente se somete a satanás.
“Las dos formas más comunes de la dependencia son el pacto de sangre con el diablo y la consagración a satanás “.
ACTIVIDADES ORDINARIAS
Las actividades ordinarias, que son las más comunes y las más débiles
MALEFICIO Y MALDICIÓN ES UNA PALABRA GENÉRICA.
Se define comúnmente como “dañar a los demás a través de la intervención demoníaca”.
Esta es una definición exacta, pero no explica la causa del daño, por lo tanto, produce confusión.
“Por ejemplo, algunos creen que la maldición es sinónimo de hechizo o brujería. En mi opinión, los hechizos y la brujería son dos tipos diferentes de maleficios”.
- MAGIA NEGRA – BRUJERÍA – RITOS SATÁNICOS QUE CULMINAN CON MISAS NEGRAS
El Padre Amorth aborda estas prácticas como un grupo, ya que son análogas y comparten la característica común de obtener
“un maleficio contra una persona específica a través de fórmulas mágicas o rituales – en ocasiones muy complejas – invocando al demonio, pero sin el uso de concreto de objetos “.
El que se dedica a estas prácticas se convierte en un siervo de satanás a través de su propia culpa.
Hay pasajes de la Escritura que prohíben las prácticas análogas: Deu 18:10-12, Lev 19:31, Lev 20:27, Lev 19: 26-31, Ex 22:18
- MALDICIONES
Las maldiciones invocan el mal, y el origen de todos los males es demoníaco.
Cuando las maldiciones se expresan con verdadera perfidia, especialmente si hay una relación de sangre entre el que las echa y el maldecido, el resultado puede ser terrible.
El hecho de que operen dentro de lazos familiares o en una “ocasión especial”, por ejemplo, una boda, puede tener consecuencias terribles.
Por ejemplos un caso: un joven maldecido por su propio padre en el nacimiento, los padres maldiciendo a la esposa de su hijo en su boda, un hombre cuya abuela maldijo una fotografía de él, lo que resultó en sus piernas enfermas y múltiples cirugías.
- MAL DE OJO
Esto consiste en un hechizo de mirar a alguien con voluntad de dañar.
No viene, como muchos piensan, por creer que alguna persona causa mala suerte con sólo mirarte; eso es un disparate.
El mal de ojo es un verdadero hechizo; en otras palabras, presupone la voluntad de hacer daño a una persona determinada con la intervención de los demonios.
Lo que es importante es que la víctima no debería sospechar todos los que conoce, sino perdonar de todo corazón al que le hizo mal, no importa quién sea.
Dice Amorth: “Quiero hacer hincapié en que, si bien creo que el mal de ojo es posible, no puedo estar seguro de que me lo haya encontrado en mi experiencia como exorcista”.
- HECHIZO (EMBRUJAMIENTO)
El hechizo es el “medio más comúnmente utilizado para lograr el mal. En latín es male factus”. Se realiza generalmente usando algún tipo de artefacto maligno.
El objeto tiene un valor casi simbólico, es una señal tangible de la voluntad de hacer daño, y se ofrece a satanás para ser impreso con sus malvados poderes.
A menudo se dice que satanás es el simio de Dios; en este caso podemos utilizar los sacramentos como una analogía.
Los sacramentos utilizan materia tangible (por ejemplo, el agua del bautismo) como un instrumento de la gracia. En el maleficio se utiliza como instrumento de daño.
APLICACIÓN DEL HECHIZO:
VÍA DIRECTA: “Consiste en mezclar el objeto que se utiliza para el hechizo en la comida o bebida de las víctimas. Como ya se ha mencionado, este es fabricado con los materiales más diversos; puede ser sangre menstrual; huesos de muertos; varios polvos quemados, sobre todo negros; partes de animales (el corazón parece ser el favorito); hierbas peculiares, y así sucesivamente”.
VÍA INDIRECTA: “Esto consiste en hechizar los objetos que pertenecen a la víctima (fotografías, ropa, u otras pertenencias) o figuras que representan los maldecidos: muñecos, animales, incluso personas reales de la misma edad y sexo. Esto se conoce como material de “transferencia”, y se le ataca con los mismos males que están planeados para la víctima”.
OTROS ATRIBUTOS:
OBJETOS MALDECIDOS: El objeto de transferencia se une con varias cintas o pelos de animales para producir un efecto de “unión”.
El Padre Amorth relata un evento donde un muñeco estaba atado a un cordón umbilical con pelo de caballo, en un intento de atacar al hijo de una mujer embarazada.
OBJETOS EMBRUJADOS: Muchas veces objetos de transferencia de un embrujo aparecen en el interior de almohadas o colchones.
“He encontrado casi todo, desde cintas de color y gomas atadas con trozos de pelo fuertemente anudadas… animales – especialmente ratones – o formas geométricas; y coágulos sanguíneos. He visto trozos de madera o de hierro, alambre trenzado, y muñecos llenos de perforaciones y marcas y he sido testigo de la aparición repentina de trenzas muy gruesas de niños o pelo de mujeres”.
“Milagrosamente, a veces estos objetos no son visibles hasta que el agua bendita es rociada sobre la almohada abierta “.
Monseñor Corrado Balducci en su obra "El Diablo... Existe y se puede reconocerlo", dice al respecto lo siguiente:
"Los diversos modos con los que el maleficio obra por analogía sobre este material variado, pueden reducirse a cuatro: clavado, putrefacción, destrucción con el fuego y anudamiento.
- El clavado consiste en punzar con objetos agudos (sobre todo alfileres, puntillas, cuchillos, etc.) lo que representa a la víctima, con el fin de obrar de manera semejante sobre la persona, causándole sufrimientos agudos y desgarradores.
- La putrefacción representa un deterioro lento pero inexorable que, por medio de una enfermedad inexplicable, llevará al paciente a la tumba; consiste, como lo expresa la palabra misma, en dejar podrir el objeto en el que ha sido transferida la personalidad de la víctima. A menudo la putrefacción se obtiene enterrando el material, a veces a ésta se añade también el clavado para hacer más terrible el maleficio.
- Menos usada es la destrucción con el fuego, que se hace quemando varias veces el objeto de transferencia, con el fin de obtener en la victima una consumación más o menos semejante al caso anterior.
- El anudamiento (llamado también ligadura) se hace ligando de varios modos el material de transferencia o anudando algunas cosas, como cabellos, cintas, tiras de paño, pañuelos, etc., y representa un impedimento (es ese el concepto de nudo) que se quiere causar sobre la persona maleficiada. Esta dificultad, esta imposibilidad hay que entenderla en el sentido más amplio y se puede referir a actividades físicas, fisiológicas y sociales; por tanto, es una forma muy particular de hechizo, que se usa sola, o asociada a las anteriores, con el significado entonces de hacerlas más fuertes, impidiéndole el desenredo. El maleficio del anudamiento se manifiesta a veces con señales que tienen algo de misterioso; en efecto, no es raro encontrar en los colchones o en las almohadas de las personas a las que se les hace el mal la lana o las plumas anudadas y entretejidas de maneras sorprendentes. También los cabellos del paciente pueden aparecer anudados de ese modo; también se habla de semejantes entretejimientos en las crines o en las colas de los caballos y de otros animales.
- Un tipo especial de maleficio indirecto, de una particular gravedad moral, (maleficio sacrílego) es el realizado con objetos sagrados, inclusive con la misma hostia consagrada, y con un ritualismo sumamente blasfemo y sacrílego; maleficio usado para manifestar a Satanás la propia perversión moral, y así ganarse más su simpatía y ayuda para realizar los perversos propósitos".
¿CÓMO PODEMOS DEFENDERNOS DE TODOS ESTOS POSIBLES MALES?
Digamos inmediatamente que, aunque la consideramos una norma deficiente, en estricto rigor los exorcismos son necesarios, según el Ritual, sólo para la posesión verdadera y propia. En realidad, los exorcistas nos ocupamos de todos los casos en los que se reconoce una influencia maligna.
Pero para los otros casos, que no son la posesión, deberían bastar los medios comunes de la gracia: la oración, los sacramentos, la limosna, la vida cristiana, el perdón de las ofensas, el recurso constante al Señor, a Nuestra Señora, a los santos, a los ángeles. Y es en este último punto que queremos parar aquí.
Como recordatorio, el P. Amorth hace hincapié en que la mejor defensa contra tales ataques demoníacos – ordinarios, extraordinarios, maleficios, etc.- es vivir fielmente la vida católica, sobre todo la participación frecuente en los sacramentos de la confesión y la Eucaristía.
Extraído de:
El exorcista italiano Gabriele Amorth.