Terapias de Sanación en tu campo aurico energetico, reflejandose en los siete cuerpos.
Terapeuta Holístico: Cristian Giovanny Toro Sánchez. Ver Hoja de Vida clic.
Video sobre Sanación como lo ve un clarividente
La TERAPIA ENERGÉTICA, se basa en el principio de que todo cuanto es, es consciencia o energía en diversas manifestaciones. Considera al ser humano como una unidad de conciencia en evolución, producto de la integración de diferentes campos de energía o niveles: físico, emocional, mental y espiritual y concibe la enfermedad como una consecuencia de la fricción entre estos niveles de consciencia.
Eliminar estas fricciones, permitiendo el libre flujo de la energía en el sistema, es uno de los propósitos de la Bioenergética.
Esa fuerza (energía vital) ha recibido distintos nombres en cada cultura:
- En la India se la conoce como Prana.
- En el Japón, a esta energía se la conoce como Ki.
- En la China Chi.
- En Hebreo es Ruach.
- En los países Islámicos Baraca.
- Los Rusos es Energía Bioplasmática.
- Los Polinesios la llaman Mana.
- Los Indios Iroqueses americanos, Orenda.
- Continente Occidental, Éter, Orgón o Biofotones.
- Física Cúantica: Energía Taquionica.
Todos ellos coinciden en el hecho de que cualquier ser vivo dispone también de un cuerpo energétivo y, según el método de medición también de algunas cosas inanimadas llamadas radiacion como la de equipos de computo y TV.
Una de las caracteristicas del cuerpo energético es que irradia. Este fénomeno podemo describirlo como radiancia y percibirlo en forma de aura.
Con la formula moderna de Albert Einstein (E = mc2) quedó probado científicamente que materia y energía son convertibles e intercambiables. Por ejemplo, los elementos plutonio y uranio, Hidrogeno enriquecidos pueden ser transformados en energía pura (explosiones), como ocurrió en Hiroshima y Nagasaki y la prueba en Corea el 06 de enero de 2016; y también que se puede transformar la energía en materia, ya que son dimensiones de la misma realidad.
Desde los tiempos de las medicinas china, tibetana e india, e incluso desde la época de los alquimistas medievales, existen técnicas milenarias que nos enseñan que la materia, efectivamente, se transforma y puede ser moldeada con la intervención de una energía mayor.
La energía es energía; no existe energía mala; solamente existe energía bien o mal dirigida. En una persona sana, la energía atraviesa libremente por nuestro cuerpo físico, fluyendo por “caminos”: chakras, meridianos energéticos y nadis. También rodea al campo energético, al cual denominamos Aura. Esa fuerza energética nutre nuestros órganos y células, y regula las funciones vitales; cuando se bloquea esa energía y se interrumpe la circulación de esa energía, ocurre una disfunción en los órganos y tejidos de nuestro cuerpo.
En virtud de excesos físicos, emocionales, mentales y espirituales, liberamos energías, y esas liberaciones generan “nudos energéticos” o “bloqueos energéticos” que interrumpen o impiden el flujo normal de la energía vital, originando una disfunción en los órganos y tejidos del cuerpo, lo que, en consecuencia, causa la enfermedad, en razón del funcionamiento deficiente o el mal funcionamiento de los órganos y de las glándulas.
La energía que tiene cada persona y el flujo de la misma influyen en el bienestar físico, mental y emocional de la persona. El campo de energía puede ser restablecido, y eso se traduce en la mejora de los síntomas o la sanación total de alguna dolencia física, mental, emocional o espiritual. Si la energía alrededor de los pulmones no fluye debidamente, lo que se traduce como un bloqueo energético, puede manifestarse un problema de salud que corresponda a los pulmones. Si la energía se estabiliza (balancea), el problema físico puede ser mejorado o erradicado.
Los sanadores dentro de la sanacion energetica simplemente se especializan en mejorar la eficiencia energética del campo bioenergético en una persona. Al manipular el campo de energía en sus clientes, los bloqueos energéticos ceden y el cuerpo comienza a sanar de forma natural, aun en situaciones donde no había esperanza de una recuperación.